sábado, 11 de diciembre de 2010


FALSA ALARMA
En mitad de la noche el teléfono me ha despertado. Me he revuelto inquieto entre las sábanas, pensando que tal vez lo había soñado. De todas formas he esperado por si volvía a sonar.
Nada.
Pero quién podía ser.
Y a esas horas...
Nadie. No podía ser nadie.
Luego he caído en la cuenta de que yo no tengo teléfono; de que probablemnte soy la única persona en esta comarca que no tiene teléfono.
Nadie. No podía ser nadie.
Ya no podré volver a dormir.

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La Bella y el Bestia.