jueves, 14 de junio de 2012

Hoy me he asomado a la borda de mi velero pirata, y mirad lo que he encontrado. Se trata de unos extractos de un texto de Bertolt Brecht, que me han asombrado por su actualidad:


"Si los tiburones fueran hombres, harían construir en el mar cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior. Para que los pececitos no se pusieran tristes, habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. Si los tiburones fueran hombres tendrían también su arte. Los teatros del fondo del mar mostrarían a heroicos pececillos entrando entuasismados en las fauces de los tiburones. Habría, así mismo, una religión si los tiburones fueran hombres. Los pececillos más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre los demás pececillos... En una palabra: habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres."

La Bella y el Bestia.