sábado, 10 de junio de 2017


Cuaderno de bitácora 

Hoy he podido constatar que el cambio climático es, desgraciadamente, una triste realidad. Mientras navegaba por entre los fiordos noruegos, me lamentaba de que no quedara ni un solo iceberg flotando en el mar, pues todos se han derretido por el ascenso de las temperaturas. Y recuerdo que otros años, todavía en pleno mes de junio como estamos, en estas latitudes era habitual encontrarse muchos icebergs... cientos de icebergs azules y pequeñitos como cubitos de hielo que desde la borda yo solía recoger y guardar en la nevera para luego echarlos al mojito o al gin-tonic de los sábados. Lástima de mundo.
Por cierto, la foto que acompaña estas líneas es de hace unos años.

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La Bella y el Bestia.